miércoles, 9 de abril de 2025

197 Aniversario de Bahía Blanca

Pensada como “Fuerte Argentino” y bautizada en un principio como Fortaleza Protectora Argentina, Bahía Blanca se transformó en referente del sur de nuestro país.

Nuestra ciudad fue fundada por el Coronel Ramón Estomba, quien tenía la misión de determinar el lugar exacto donde emplazar el puerto, sus baterías defensivas y un fuerte que le diera seguridad al que debería llamar Fuerte con el nombre de "Argentino", asentamiento que comenzó a construir el 11 de abril de 1828. Pero su cariño y admiración por José de San Martín pudo más. Por eso decidió bautilizarlo Fortaleza Protectora Argentina. Fue su homenaje al Libertador.

Después de varios años de proyectos, intentos y fracasos, la expedición del Coronel Ramón Bernabé Estomba partió a fundar un establecimiento en la Bahía Blanca. La expedición estaba en manos de un soldado experimentado, veterano de la Guerra de la Independencia, que había sido condecorado por Belgrano, San Martín y Bolívar. 

La fundación de la Fortaleza fue una increíble confluencia de voluntades: federales y unitarios, tehuelches, negros, entrerrianos, militares extranjeros y, poco más tarde, de italianos. Sin duda, ese espacio lejano, exótico, fue un verdadero punto de encuentro y, por qué no, de convivencia. Haciendo un poco de historia, nos vamos al 9 de abril de 1828. 

El coronel Estomba, con el Regimiento Nº 7, llega al campamento siendo recibido por señor Parchappe, encargado de determinar el lugar exacto donde se erigirían el puerto, el fuerte y el poblado. Luego de recorrer el paraje, Estomba formalizó la elección del emplazamiento con una solemne carta y denominó al fuerte “Fortaleza Protectora Argentina” y al puerto lo llamó “De la Esperanza”. El ministro de Guerra, Juan Balcarce, dispuso que la población se llamara “Nueva Buenos Aires”, aunque se impuso por costumbre el de “Bahía Blanca”. Y el 11 de abril de ese mismo año, fue reconocido como el de la fundación de la ciudad que, según reza en el acta fundacional, “está llamada para ser algún día uno de los establecimientos de más interés para la provincia de Buenos Aires”. 

Estomba fue sepultado el 2 de junio de 1829 en La Recoleta, en el espacio reservado a los beneméritos de la Patria, pero sus restos fueron traídos a Bahía Blanca en 1980 y hoy descansan en la Catedral de la ciudad.

El acta fundacional de la ciudad no tiene fecha 11 de abril, fecha elegida para cada aniversario. El documento firmado por Estomba y otras ocho personas en una carpa montada a orillas del Arroyo Napostá tiene fecha 9 de abril. Sin embargo, tiempo después se adoptó el 11 como fundacional, en referencia al día que  Estomba y el agrimensor Narciso Parchappe definieron el lugar exacto de emplazamiento del fuerte y comenzaron los trabajos para su construcción.

La construcción del fuerte demandó cuatro meses. El fuerte tenía forma cuadrangular, con cuatro bastiones de 65 metros de longitud según los puntos cardinales. Los muros eran de 4 metros de altura y otros tanto de espesor. Un foso de 5 metros de ancho y lo mismo de profundidad rodeaba al fuerte. Hacia el noroeste se hallaba el única portón de madera con un puente levadizo.Completaban la construcción los edificios de la comandancia, del cuerpo de guardia y tropa, polvorines, cuarteles y en el centro un mangrullo.

No era facil llegar a Bahía Blanca en sus primeros años. Eran marchas a caballo de varias jornadas, expuestos a peligros, hambre y sed. Por eso no pasaba desapercibida la llegada de cualquiera al fuerte. 

Uno de los visitantes fue el joven Charles Darwin, naturalista inglés de 22 años de edad, que llegó a caballo desde Patagones, donde había descendido del buque Beagle, como parte de una expedición investigadora. Darwin estuvo varias semanas vviendo entre aquellos priemros pobladores antes de continuar su marcha hacia Buenos Aires. Muchos de los datos que tomó en su paso por Bahía le sirvieron para, 30 años después, revolucionar a la humanidad con su libro El Origen de las Especies.

En 1833, Bahía Blanca se erigió en una base logística por lo que recibió un intenso tráfico de navíos de transporte y militares. No obstante, las instalaciones eran prácticamente nulas, ya que por la carencia de un muelle había que descargar en botes a los pasajeros y cargamentos.

El 22 de octubre de 1895 Bahía Blanca fue declarada ciudad finalmente. La producción agropecuaria del lugar se vio plenamente favorecida cuando en 1884 llegó el primer ferrocarril. Con la llegada del ferrocarril la zona comenzó a crecer rápidamente en infraestructura. La construcción de barracas, vías, depósitos y un muelle de hierro facilitó el intercambio comercial.


Algunos sitios emblemáticos de nuestra ciudad


Bahía en un pozo y la torre municipal reina de las alturas
“Bahía Blanca está en un pozo”, suele decirse en relación al emplazamiento del casco histórico de la ciudad. Esta fotografía da cuenta de esa situación, con una vista desde la loma, dónde se ve, a la derecha, la subida de calle Sarmiento, cuando todavía era un tortuoso camino de tierra que conducía a Aldea Romana. La foto es ubicable en la década del 30, cuando ningún edificio en altura le quitaba presencia a la torre del palacio Municipal.


Aires franceses para una estación inglesa al paso del Tramway
El atractivo edificio de la Estación Bahía Blanca del Ferrocarril del Sud, avenida Cerri al 700, de líneas historicistas y toques afrancesados, con una marquesina de hierro y vidrio que recorre su frente. Fue inaugurado en 1911 en reemplazo del primer edificio, de 1883, ladrillero y cubierta de tejas, que quedó inadecuado para atender el movimiento de pasajeros. La foto capta además el paso del tranvía eléctrico, inaugurado en 1910 por el ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, modernísimo servicio de transporte urbano de pasajeros que llegaba hasta Villa Harding Green y que fue cancelado en 1938.


Aramburu en la Central Faiazzo promete la Universidad

Noviembre de 1955, primera cuadra de calle Alsina. A dos meses del golpe que derrocó al presidente Juan Domingo Perón visita la ciudad el Teniente General Pedro Eugenio Aramburu, quien asumió la titularidad del poder ejecutivo de la Nación. Luego de visitar al comisionado municipal, Guillermo Castellanos Sola, decide tomar un vermú en la Central Faiazzo, a pocos metros del palacio comunal, ocupando una mesa en la planta alta del local. Se corre el rumor de esa presencia y la gente se agolpa en la calle al grito de “Universidad, universidad”. Minutos después Aramburu sale al balcón de la confitería, saluda con los brazos extendidos y promete que “Bahía Blanca tendrá su universidad”. Dos meses después, el 6 de enero de 1956, firmó el decreto fundacional de la Casa de Altos Estudios.



El teatro municipal en el barrio de las ranas

El maravilloso edificio del teatro Municipal. Es Alsina y Alem, el año inaugural del coliseo, en 1913. Hacia el arroyo Napostá se ve el descampado. No era una zona hacia donde creciera la ciudad, al punto que la ubicación del teatro fue cuestionada por su lejanía y soledad. “En ese lugar sólo se escucha el croar de las ranas”, señaló la prensa. El teatro terminó de potenciar a la avenida Alem, que poco a poco dejó su condición de calle de quintas para adoptar un carácter residencial, favorecido su crecimiento con la inauguración del parque Municipal, en 1906. Esa esquina se consolidó, hasta nuestros días, como el lugar donde de manera espontánea los bahienses manifiestan su sentir en hechos sociales, políticos o deportivos.


El Café Nº 1, lugar de encuentro por excelencia

La foto es del 28 de junio de 1966 y el lugar la vereda del Café Nº 1 y del bar Londres, primera cuadra de calle Chiclana, donde los bahienses se reunían para hablar de los temas de la ciudad, del último partido básquet, del clima, de los chismes sociales. Un lugar de encuentro en la llamada “veredita del sol”. Ese día en particular el país atravesaba una convulsión política con el derrocamiento del presidente Arturo Illia, el tercer golpe de estado encabezado por los militares.


Un desfile con una escenografía urbana inolvidable

Década del 60, un desfile militar por calle Alsina, entre San Martín y Soler. La cartelería da cuenta de comercios y lugares que han quedado en la memoria colectiva. A la derecha, el cine Grand Splendid, maravilloso edificio art decó demolido en 1971, ofrece la película Doctor Zhivago. Enfrente, el City Bar billares, que cerró en los 80, donde se jugaba al dominó y a las cartas, en un salón con un crujiente piso de pinotea. Por último, a la derecha, casi sobre Soler, un cartel de gaseosas marca la presencia de la Pizzería Pepito, porciones al corte, servilleta de papel rústico, un clásico


Bailes de carnaval en el Salón, la noche más amada

Una multitud ocupa las dependencias del Salón de los Deportes, ubicado en Soler 444, que en especial durante la época de carnavales dejaba su condición de espacio deportivo, sobre todo con la realización de espectáculos de box, para convertirse en uno de los lugares más concurridos con la organización de los populares bailes. La foto es de 1971, los jóvenes dejaron atrás el traje y la música beat se fortalece y le gana lugar al tango. Los clubes compiten con sus propuestas y orquestas Villa Mitre, Olimpo, Estudiantes, Bella Vista, Libertad y Sansinena, entre otros.












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